Hoy, dando un paseo, me venía esta frase a la cabeza y ¡qué cierto!
Hay veces que iniciamos un camino sin tener claro a dónde nos llevará. Otras veces, tenemos claro nuestro objetivo y sin embargo, “la vida” se empeña en cambiarnos el rumbo…
En cualquier caso, es fundamental hacer paradas, paradas para respirar, reflexionar, paradas para sacar aprendizaje del pasado y decidir si se quiere seguir por ese camino o se quiere iniciar otro.
Allá dondes estés, hagas lo que hagas en estos momentos, te animo a que saques un rato para hacer “balance” del curso pasado (¡confinamiento incluido!)
– ¿De que te sientes satisfech@?
– ¿Qué cosas has aprendido?
– ¿Qué cosas quieres hacer diferentes en tu día a día, contigo mismo en las relaciones con los demás?
– ¿Qué cosas te planteas hacer diferentes ante un nuevo confinamiento?
¡Vaya! Me surgen éstas y muchas preguntas más…
Lo dejo aquí, te deseo que puedas disponer de un tiempo de silencio contigo mism@ para pasear, contemplar una puesta de sol o símplemente ESTAR sin tener que hacer…
Caminante no hay camino… se hace camino al andar.