Y después de las vacaciones ¿qué?.
Al final del verano tenemos dos posibles situaciones:
En ambas situaciones podemos excusarnos para estar malhumorados a la hora de volver a nuestra “vida cotidiana”. Ya sea por lo mucho que se ha disfrutado ¡qué lástima ya se acabó! O por no haber podido cargar las pilas para el curso que comienza…
¿Qué hacemos entonces? ¿Estamos condenados a arrastrarnos hacia el inevitable inicio de día con despertador y el consiguiente día lleno de obligaciones y tareas?.
¡CLARO QUE NO!. Podemos elegir.
Y yo te propongo que optes por afrontar la vuelta del verano con ACTITUD POSITIVA.
¿Cómo conseguirlo?
La teoría es bien sencilla, sólo requiere constancia recordando que nuestra felicidad y disfrute depende fundamentalmente de nosotros…
Mis clientes lo saben bien: ¡me encantan las listas!.
Hoy te invito a realizar dos sencillas listas.
¿Qué te parece?, anda, prueba y mantén lo que te propongas al menos el mes de septiembre. Notarás la diferencia. Centra tu energía en lo positivo, si no lo encuentras a la primera, sigue buscando, seguro que tienes al menos 5 momentos cotidianos que puedes disfrutar y alguna actividad que puedas hacer para renovar tu energía.
Ya sé, lo que he dicho no es nada nuevo, ya lo decía Séneca (4 a.C-65 d.C): “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.
La clave está en practicarlo cada día.
¿A qué esperas pues?. TÚ DECIDES.